La situación que estamos viviendo con la COVID-19 está llena de incertidumbre, tanto a nivel de salud como económico, social y personal.
La incertidumbre es un estado, que se genera cuando la persona no puede predecir con precisión los resultados de una situación. Es una reacción normal ante una situación nueva, que nos predispone a la búsqueda de soluciones y a adaptarnos.
Incluso la incertidumbre ante la enfermedad es un estado que puede estar presente en algún momento del proceso.
El estado anímico consecuencia de la COVID-19 se debe a la situación médica generada.
También se debe al desconocimiento, a la falta de información, la falta de líderes que nos den seguridad en sus acciones, la ausencia de la seguridad de hallar una solución, las nuevas formas de trabajar o la pérdida de este, adaptarnos a trabajar en casa, a permanecer más tiempo con las personas que convivimos, a estar más alejados de personas queridas y a nuevas formas de relacionarnos.
Todo esto nos acerca peligrosamente a la Indefensión aprendida.
Cuando estudiaba psicología un experimento me llamó la atención: un ratoncito al que metían en un laberinto con un poco de comida que él buscaba y se comía a continuación. El ratoncito aprendía donde estaba la comida y después de varias sesiones iba directo a la comida. Sin embargo, posteriormente le quitaban la comida y en su lugar aplicaban en el suelo una pequeña descarga que no dañaba al ratón, pero no resultaba agradable, el ratoncito huía de allí y exploraba el resto del laberinto donde no había descargas.
Pero… ¿Qué pasaba cuando todo el suelo daba esas descargas? Después de explorar y comprobar que era así, el ratoncito se quedaba quieto, aguantando las descargas hasta que le sacaban de allí.
Así veo a muchos de mis pacientes, con una situación sobrevenida que genera indefensión y que provoca dificultades para tomar decisiones que les saquen de ese estado.
Por otro lado, en algunas personas genera reacciones extremas, como la rabia, que lleva a saltarse unas normas que no son claras, a exponerse a situaciones de riesgo evidente por la disminución de percepción de riesgo o por el contrario el miedo excesivo al contagio con reacciones compulsivas de limpieza o aislamiento. Con las consecuencias que esto puede llevar para la salud: en su parte física y mental.
Lo mejor en esta situación es que nos afecte lo menos posible y mantenerse en un punto medio de equilibrio que nos permita encontrar la mejor solución a las dificultades que se vayan presentando.
TIPS para sobrellevar la incertidumbre:
- Céntrate en las certezas de tu vida.
- Plantéate como afrontar cada momento puntual como un reto, buscando la mejor forma de afrontarlo, tal vez no sea la solución perfecta, sino la mejor solución dentro de lo posible.
- Limita el tiempo dedicado a pensar en la situación que genera la incertidumbre, dejando la mayor parte de tu tiempo y pensamiento a otras tareas.
- Realiza actividades de tu vida cotidiana que sí puedes controlar, dedícate a ellas, disfruta de ellas.
- Explora para encontrar nuevas actividades gratificantes “seguras” en las que no sea necesario plantearte si te pone en riesgo, sólo disfruta de ellas.
- Ponte objetivos agradables relacionados con el autocuidado. Algo que en otras ocasiones no realizas porque no encuentras tiempo para ellas, por otras prioridades como trabajo, contacto social u otros eventos.
- Habla de tus emociones con tus seres queridos. Verás como muchas personas de tu entorno sienten emociones similares y te ayudará a no sentir soledad en esta situación.
Y si es necesario busca apoyo psicológico. Los psicólogos estamos para ayudarte a gestionar las situaciones que generan emociones desagradables y encontrar la mejor forma de superarlas.